De tanto en tanto, no somos tanto.

Tanto que hablan de amnistías, de perdonar para avanzar, de no caer en la venganza.

Saco ideas en limpio.
Siempre que algún militar se ve envuelto en un caso de derechos humanos o cuando estos procesos judiciales tienen alguna aparición en los medios de comunicación. Aparecen de inmediato algunos personajillos políticos a acusar de vengativos o de resentidos a los acusadores. Incluso el gobierno de la concertación apuesta por terminar este problema de la forma más rápida, mediante indultos para los militares y actos simbólicos en favor de los desaparecidos y muertos por la dictadura. No quiero especular, pero tras esta prisa de la concertación por zanjar el tema “dictadura” lo antes posible, casi puedo oler el temor de este conglomerado a que su futura presidenta (Michel Bachelet) no sea capaz de lidiar con este tema en su gobierno, pobrecita! ni su propia gente confía en ella.
Cada vez que se trata de buscar justicia, cada vez que alguien levanta su mano acusadora contra un torturador, aparecen de inmediato aquellos que acusan de vengativa la actitud de los que acusan. Que señal mas potente de que nuestra institucionalizad no esta tan funcional como pensamos, que se confunda la venganza con la justicia. De que se tema a la justicia, nuestra institucionalidad no puede funcionar sin justicia, por eso no funciona.
Este temor a que un tribunal condene a un general en retiro, inconscientemente esta ligado al temor de lo que pueda pasar después y si tememos a las consecuencias que una resolución judicial pueda traer consigo, hay algo que esta mal en nuestro esquema político.
Dejemos estas políticas de punto final y de amnistías, que todos saben son la garantía que dejo la dictadura para su impunidad, ya han pasado muchos años desde que retomamos la “democracia” y si aun ahora tenemos la impunidad como base para que nuestras instituciones funciones, es obvio que algo esta podrido en nuestro alegre país.